La llamamos Vía Láctea, pero el verdadero color de nuestra galaxia en realidad había permanecido desconocido. Ahora, un equipo de científicos determinó con más precisión que nuestro sistema estelar es, en efecto, blanco.
La Vía Láctea es del color de la nieve cuando se mira una o dos horas después del amanecer, dice Jeffrey Newman, profesor de Física y Astronomía de la Universidad de Pittsburgh.
Newman y sus colegas se propusieron poner en contexto a la Vía Láctea en términos de color. “La Vía Láctea está dentro del rango que uno vería como blanco”, dice Newman, agregando que es más azul que la luz de un foco incandescente, pero más roja que la luz del sol al mediodía.
Los científicos usaron el Sloan Digital Sky Survey, que cuenta con datos de casi un millón de otras galaxias en el espacio, para observar 1,000 galaxias que se asemejan a la Vía Láctea en el número de estrellas y en la velocidad a la que generan nuevas estrellas. Estos factores se relacionan con el color general de la galaxia.
Es más fácil para los científicos ver el color de otras galaxias que el de la nuestra, ya que en realidad no pueden viajar fuera de ella para observarla desde la distancia.
Al parecer, todos los años, en algún lugar de la Vía Láctea, nacen un promedio de dos nuevas estrellas. Tienden a formarse en las nubes de gas y polvo a través del sistema solar, y una sola nube puede dar origen a hasta 1,000 estrellas. La Nebulosa de Orión es un ejemplo de un lugar donde nuevas estrellas se están formando, dijo Newman.
A medida que una galaxia envejece, su luz se vuelve más roja. Una galaxia más azul sería más joven porque las estrellas azules son de relativamente corta vida, explica Newman. Al decir corta duración, se refiere a decir unos pocos millones de años, y estas estrellas masivas son las más propensas a explotar en una supernova. Pero entre las estrellas que tienen menos de ocho veces la masa del Sol, en vez de eso, la estrella se despoja de su capa exterior y se convierte en una enana blanca.
Nuestra galaxia, que tiene alrededor de 100,000 años luz de ancho, tiene estrellas de hasta 13,000 millones de años de edad. Cuando miras hacia el cielo, incluso en la noche más clara en el desierto, sólo estás viendo estrellas que están hasta un par de miles de años luz de distancia. Andrómeda, la galaxia más cercana a la Vía Láctea, es más roja, lo que significa que es más vieja y se acerca más a su retiro. Cesará su formación de estrellas más rápido que la Vía Láctea.
La investigación fue presentada este miércoles en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana en Austin, Texas.
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