La serie, ahora con Ashton Kutcher como protagonista, se valió de invitados especiales y desnudos en su primer episodio. ¿Podrá conquistar al público cuando pase la eufórica expectativa?
¿Fue deficiente la actuación de Ashton Kutcher en el estreno de “Two and a Half Men”? ¿Los guionistas resolvieron la salida de Sheen de una forma ridícula? ¿Hubo otras bajas en el elenco? La verdad, no. La actuación de Kutcher estuvo al nivel, la partida del protagonista se justificó bien y otra vez Alan, Jake, Berta, Evelyn y hasta Rose hicieron acto de presencia en la pantalla. La cuestión en este caso, que todo encaja en el sentido pragmático, es ¿qué faltó? Simplemente, faltó Charlie Harper.
La novena temporada de “Two and a Half Men” inició el lunes en Estados Unidos y en México comenzará, por Warner Channel, hasta el 9 de noviembre. El primer capítulo de esta nueva entrega era esperado por millones debido a los líos que lo antecedieron, con la salida en malos términos del hijo de Martin Sheen y el contrato del esposo de Demi Moore para reemplazarlo.
El día llegó y más allá del récord de audiencia 27.7 millones de espectadores, casi el doble que en el arranque de la temporada anterior , habrá que analizar si esta sitcom puede superar la expectativa y colocarse realmente en el gusto de los fans. El pronóstico es que no sucederá.
La novena temporada inicia, como ya se había filtrado en los medios, con el funeral de Charlie Harper, quien fallece en París arrollado por el metro. Para lograr una remembranza significativa del cínico, mujeriego y adinerado escritor de jingles, el velorio incluye a la mayoría de las mujeres que amó o engañó. Es arriesgado decir que las juntaron a todas, aunque eso parece. Al menos, las más importantes sí salen a cuadro: Chelsea, Mia, Courtney, Lidia, Isabella y miss Pasternak. Por supuesto, Rose también está presente y se sugiere que la acosadora de Charlie fue quien lo empujó a las vías del metro.
El reencuentro del elenco continúa en la casa de Malibú del difunto, la cual Evelyn está por vender. Judith y Herb aparecen de nueva cuenta y Berta conserva su trabajo. Pero lo que sorprende del primer capítulo son los actores invitados: primero John Stamos, quien recuerda un episodio de perdición junto a Charlie, y después Jenna Elfman y Thomas Gibson, los protagonistas de la serie de finales de los 90, “Dharma & Greg”. El matrimonio muestra de que los años no pasan en vano aparece unos segundos como
posible comprador de la casa, y aunque no se llaman por los nombres de sus antiguos personajes, se entiende que son ellos y que el “amor” de los buenos tiempos ahora es fastidio mutuo, pero cómico.
Como a mitad del capítulo, al fin, aparece Ashton Kutcher. Su personaje se llama Walden Schmidt. Se trata de un galán multimillonario abandonado por su esposa, quien llega a la casa de los Harper después de un intento fallido de suicidio en el mar. La historia que vendrá a continuación se entiende sin mucha ciencia: Walden comprará la casa de Malibú y permitirá que Alan siga viviendo en ella. Ahora, los dos se convertirán en compañeros de juerga. Sin embargo, Alan es quien debe darle lecciones al joven (que parece inexperto con las mujeres), aunque pronto descubrirá que si bien es torpe, Walden consigue lo que quiere con su galanura, inteligencia y liquidez económica.
En los medios se han publicado como “armas de audiencia” los desnudos de Kutcher en el primer episodio, pero éstos parecen irrelevantes al lado del verdadero problema: ¿con qué reemplazará la producción de Chuck Lorre el binomio torpeza-perversidad que habían logrado en ocho años Alan y Charlie? ¿Podrán ahora dos bobos sin malicia hacer una
mancuerna exitosa que perdure más de una temporada? Eso nos regresa al punto de partida: faltó Charlie Sheen en el primer capítulo y faltará durante toda la serie. Sin los Charlie (el real y el ficticio) no es lo mismo.
Si éste fuera un episodio único (con el protagonista de vacaciones, por ejemplo), definitivamente funcionaría. Kutcher es simpático y aunque en momentos su nuevo personaje nos remite a Kelso en “That 70’s Show”, no deja de ser divertido en pantalla. Alan (Jon Cryer), Evelyn (Holland Taylor) y Berta (Conchata Ferrell) siguen tan fantásticos como siempre, sólo falta ese imán que los unía… Charlie.
Hay que recordar capítulos de “Seinfeld” o “Friends” donde todo ocurría en un mismo espacio, con las actuaciones de los protagonistas. ¿Podrá llegar “Two and a Half Men” a lograr esta compenetración con su nuevo elenco? ¿O su éxito estará supeditado a los invitados especiales y a las remembranzas de las locuras de Charlie?
Habrá que publicar los ratings a mitad de la temporada para afirmar si fue o no un éxito. O esperar, como ya comienza a especularse después de la aparición “mansita” de Sheen en los Emmy, a que Charlie Harper regrese tarde o temprano a las andadas.
¿Fue deficiente la actuación de Ashton Kutcher en el estreno de “Two and a Half Men”? ¿Los guionistas resolvieron la salida de Sheen de una forma ridícula? ¿Hubo otras bajas en el elenco? La verdad, no. La actuación de Kutcher estuvo al nivel, la partida del protagonista se justificó bien y otra vez Alan, Jake, Berta, Evelyn y hasta Rose hicieron acto de presencia en la pantalla. La cuestión en este caso, que todo encaja en el sentido pragmático, es ¿qué faltó? Simplemente, faltó Charlie Harper.
La novena temporada de “Two and a Half Men” inició el lunes en Estados Unidos y en México comenzará, por Warner Channel, hasta el 9 de noviembre. El primer capítulo de esta nueva entrega era esperado por millones debido a los líos que lo antecedieron, con la salida en malos términos del hijo de Martin Sheen y el contrato del esposo de Demi Moore para reemplazarlo.
El día llegó y más allá del récord de audiencia 27.7 millones de espectadores, casi el doble que en el arranque de la temporada anterior , habrá que analizar si esta sitcom puede superar la expectativa y colocarse realmente en el gusto de los fans. El pronóstico es que no sucederá.
La novena temporada inicia, como ya se había filtrado en los medios, con el funeral de Charlie Harper, quien fallece en París arrollado por el metro. Para lograr una remembranza significativa del cínico, mujeriego y adinerado escritor de jingles, el velorio incluye a la mayoría de las mujeres que amó o engañó. Es arriesgado decir que las juntaron a todas, aunque eso parece. Al menos, las más importantes sí salen a cuadro: Chelsea, Mia, Courtney, Lidia, Isabella y miss Pasternak. Por supuesto, Rose también está presente y se sugiere que la acosadora de Charlie fue quien lo empujó a las vías del metro.
El reencuentro del elenco continúa en la casa de Malibú del difunto, la cual Evelyn está por vender. Judith y Herb aparecen de nueva cuenta y Berta conserva su trabajo. Pero lo que sorprende del primer capítulo son los actores invitados: primero John Stamos, quien recuerda un episodio de perdición junto a Charlie, y después Jenna Elfman y Thomas Gibson, los protagonistas de la serie de finales de los 90, “Dharma & Greg”. El matrimonio muestra de que los años no pasan en vano aparece unos segundos como
posible comprador de la casa, y aunque no se llaman por los nombres de sus antiguos personajes, se entiende que son ellos y que el “amor” de los buenos tiempos ahora es fastidio mutuo, pero cómico.
Como a mitad del capítulo, al fin, aparece Ashton Kutcher. Su personaje se llama Walden Schmidt. Se trata de un galán multimillonario abandonado por su esposa, quien llega a la casa de los Harper después de un intento fallido de suicidio en el mar. La historia que vendrá a continuación se entiende sin mucha ciencia: Walden comprará la casa de Malibú y permitirá que Alan siga viviendo en ella. Ahora, los dos se convertirán en compañeros de juerga. Sin embargo, Alan es quien debe darle lecciones al joven (que parece inexperto con las mujeres), aunque pronto descubrirá que si bien es torpe, Walden consigue lo que quiere con su galanura, inteligencia y liquidez económica.
En los medios se han publicado como “armas de audiencia” los desnudos de Kutcher en el primer episodio, pero éstos parecen irrelevantes al lado del verdadero problema: ¿con qué reemplazará la producción de Chuck Lorre el binomio torpeza-perversidad que habían logrado en ocho años Alan y Charlie? ¿Podrán ahora dos bobos sin malicia hacer una
mancuerna exitosa que perdure más de una temporada? Eso nos regresa al punto de partida: faltó Charlie Sheen en el primer capítulo y faltará durante toda la serie. Sin los Charlie (el real y el ficticio) no es lo mismo.
Si éste fuera un episodio único (con el protagonista de vacaciones, por ejemplo), definitivamente funcionaría. Kutcher es simpático y aunque en momentos su nuevo personaje nos remite a Kelso en “That 70’s Show”, no deja de ser divertido en pantalla. Alan (Jon Cryer), Evelyn (Holland Taylor) y Berta (Conchata Ferrell) siguen tan fantásticos como siempre, sólo falta ese imán que los unía… Charlie.
Hay que recordar capítulos de “Seinfeld” o “Friends” donde todo ocurría en un mismo espacio, con las actuaciones de los protagonistas. ¿Podrá llegar “Two and a Half Men” a lograr esta compenetración con su nuevo elenco? ¿O su éxito estará supeditado a los invitados especiales y a las remembranzas de las locuras de Charlie?
Habrá que publicar los ratings a mitad de la temporada para afirmar si fue o no un éxito. O esperar, como ya comienza a especularse después de la aparición “mansita” de Sheen en los Emmy, a que Charlie Harper regrese tarde o temprano a las andadas.
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